En ocasiones, nuestro estilo de vida puede perjudicar nuestra salud sin darnos cuenta, desde escuchar la televisión día a día a gran volumen hasta colocarnos los auriculares con música. Las revisiones auditivas son las que más olvidadas tenemos, por lo que se nos hace difícil decidir cuando ir al otorrino sin haber percibido ningún síntoma.
Es muy importante realizar revisiones auditivas cada año para poder descartar y evitar la aparición de enfermedades que pueden dar lugar a graves complicaciones y, principalmente, a la pérdida de audición. De esta forma, se pueden detectar algunos signos y síntomas que podrían ocasionar una grave afección y revertir a tiempo sus efectos. De hecho, la pérdida auditiva o hipoacusia es una de las afecciones más importantes detrás de la hipertensión arterial y la artrosis. Las estadísticas apuntan a que 1 de cada 6 adultos puede experimentar pérdida de audición, por lo que no sólo nos debemos centrar en la población anciana como comúnmente se cree.
Índice del artículo
5 síntomas frecuentes para prestar atención
Acúfenos
Los acúfenos o tinnitus pueden ser síntomas muy importantes que pueden determinar una afección en la función auditiva. Cuando se escuchen ruidos que no provengan del ambiente exterior, ruidos molestos y extraños en los oídos, se les debe prestar mucha atención. No es una situación normal, por lo que conviene acudir al especialista.
Tapones de cera
La cera es necesaria para lubrificar y mantener sanos los conductos del oído. No obstante, en ocasiones se segrega en exceso pudiendo taponar al oído y afectar a su integridad. Los síntomas son parecidos al del acúfeno, puntualizándose la pérdida de audición drástica de un día a otro, pudiendo ser reversible si se trata adecuadamente.
Hiperacusia
Hay personas que pueden oír perfectamente, pero la tolerancia que tienen a determinados sonidos es más baja que en la de personas sanas. Este tipo de dolencia afecta cuando el ruido demasiado bajo produce malestar. También si los ruidos producen mucha sensibilidad hasta el punto de “sentir dolor”, sobre todo los intensos, puede ser señal de una afección auditiva. Si los ladridos de un perro, los timbres, el sonido de la aspiradora o el agua corriendo por el grifo molesta y produce una cierta angustia, es recomendable vigilar este punto. Algunos niños pueden llegar a presentar esta afección, manifestándose a través de un comportamiento travieso por no soportar estos sonidos.
Otitis
Es una afección muy común entre la población, sobre todo en los meses de verano (otitis del nadador). No obstante, es recomendable realizar una revisión auditiva tras padecer el proceso, o incluso si se padecen otitis de repetición, para encontrar el posible origen. La otitis media es una de las causas de pérdida de audición en niños de entre 0 y 7 años. Los síntomas más habituales en una otitis son dolor de oído, fiebre, vértigos y mareos y secreción a través del oído. Un mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio puede ser la causa de la otitis, además de procesos respiratorios y alérgicos, por lo que es imprescindible determinarlo con el otorrino.
Pérdida auditiva o Hipoacusia
Si se permanece diariamente en un lugar con excesiva exposición al ruido, es muy conveniente realizar revisiones auditivas a menudo. Desde camareros de bares, hasta obreros u otras profesiones consideradas de riesgo, pueden experimentar una hipoacusia puntual tras la salida del trabajo o una hipoacusia gradual con el paso del tiempo, pudiendo experimentar una pérdida de audición acelerada. Igualmente, a partir de los 60 años, y con el envejecimiento, la persona tiende a perder audición (presbiacusia), por lo que es fundamental acudir a un especialista para mantener una adecuada calidad de vida durante la etapa de la vejez.
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