tipos de vértigos

Tipos de vértigos y su tratamiento

Sufrir vértigos es una dolencia que puede resultar muy inhabilitante para la persona que la padece. Cuando estos mareos ocurren de forma habitual, pueden llegar a modificar las rutinas normales por culpa de la angustia a volver a padecerlo de nuevo.

Tipos de vértigos

Podemos distinguir dos tipos de vértigos dependiendo de la localización de la alteración:

  • Vértigo periférico: es el que ocurre cuando se ha producido un daño del laberinto posterior del oído interno o bien del sistema vestibular. Es precisamente el sistema vestibular el encargado de informar al cerebro sobre la posición del cuerpo en el espacio, es decir, el responsable de mantener el equilibrio. Este tipo de vértigo es asociado, habitualmente, a una pérdida auditiva y a presión elevada en los oídos. Es el tipo de vértigo más habitual.
  • Vértigo central: está causado por daños en el sistema nervioso central, más concretamente en el sistema vestibular y los mecanismos que se asocian a él. Cuando se padece este tipo de vértigo, es normal poder llegar a ver doble, sufrir dolores fuertes de cabeza o notar inestabilidad.

Los vértigos pueden ser objetivos o subjetivos, dependiendo de si es el paciente quien se siente dando vueltas alrededor de las cosas o si son las cosas las que giran alrededor del mismo.

Las causas de los vértigos suelen ser consecuencia de alteraciones en el oído o en su conexión nerviosa con el cerebro, o incluso por problemas en el mismo cerebro, aunque esto es menos habitual.

Algunos medicamentos pueden desencadenar crisis de vértigos, como la aspirina, o el consumo excesivo de alcohol, las migrañas o los tumores en el cerebro.

Sabemos que existen ciertos factores de riesgo para padecer vértigos. Entre los más habituales encontramos los siguientes:

  • Las infecciones bacterianas o víricas que afectan al oído interno.
  • Trastornos neurológicos como la esclerosis, tumores cerebrales o sufrir un ictus.
  • La osteoporosis.
  • La ingesta de medicamentos ototóxicos.
  • Sufrir hipertensión o hipotensión.

Además, también se dan ciertas situaciones en las que es más probable que se desencadene una crisis, como si se sufre un traumatismo.

En ocasiones, los vértigos podemos confundirlos con mareos fuertes. Aunque la diferencia radica en que al sufrir una crisis de vértigo, percibimos cómo los objetos se mueven a su alrededor dando vueltas. También puede suceder que sentimos que nosotros mismos nos movemos en la habitación estando estáticos o el resto de cosas que tiene cerca. Esta sensación se mezcla con una sensación de inestabilidad, visión doble, ciertas dificultades para hablar, hipoacusia y zumbidos en el oído.

También es habitual que, junto con los vértigos, suframos náuseas, vómitos, sudor intenso, ansiedad, pérdida del equilibrio, sensación de desmayo, taquicardia, sensibilidad auditiva, debilidad muscular, parálisis en la cara y dificultades en el habla.

El tratamiento para los vértigos es ciertamente eficaz, mejora las crisis y evita que se desencadenen. Debido a que la mayoría de vértigos se producen por problemas en el oído, el tratamiento suele ir enfocado a esta zona del organismo.

La terapia de Ototech se ha desvelado como un tratamiento muy eficaz para terminar con los vértigos. Consiste en aplicar corrientes de baja intensidad en la zona posterior del pabellón auditivo, con el objetivo de estimular el metabolismo y rehabilitar los tejidos que hubieran podido resultar alterados.

Los datos revelan una alta efectividad en este tratamiento, ya que el sistema regenera las células dañadas del oído interno. Si sufres de acúfenos, vértigos u otros problemas auditivos, te invitamos a visitar nuestra clínica para mejorar las dolencias auditivas.

Dr. Martinez-Monche
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