Tal vez te has planteado si la posición de las orejas influye en la percepción que se tiene de los sonidos. Si colocas tu mano detrás de la oreja, en forma cóncava, puedes notar que el sonido llega de manera diferente. Pero ¿es esta sensación real? ¿Acaso la forma de las orejas afecta a la audición? Desde Ototech, expertos en acúfenos en Barcelona, te mostraremos cuál es la realidad del asunto.
¿Realmente influye la forma de las orejas en la audición?
La lógica hace pensar que la forma de las orejas sí que influye en la forma en la que escuchamos. En la naturaleza se pueden encontrar algunos animales, con el sentido del oído muy desarrollado, que son capaces de orientar los pabellones auditivos en diferentes direcciones para captar mejor las ondas sonoras. Pero lo cierto es que en los humanos, el oído funciona de manera diferente.
El oído de las personas tiene la capacidad de adaptarse a los sonidos que recibe. El ejemplo que te mostramos antes, el de la colocar una mano detrás del oído, demuestra que una alteración del pabellón sí puede modificar cómo se recibe el sonido. Sin embargo, las propiedades del sistema de audición hacen que este factor apenas tenga repercusión en la manera de percibir los sonidos. Te lo explicamos con más detalle.
¿Cómo se percibe el sonido?
El pabellón auditivo juega un papel decisivo en la percepción del sonido. En él se recogen las ondas sonoras que recorrerán el conducto auditivo hasta el oído medio. La pérdida del pabellón o una malformación puede influir notablemente en la capacidad de escuchar, pero estos son casos muy concretos. La diferente forma y posición habitual de la oreja, no altera de manera sustancial la capacidad de escuchar.
La percepción del sonido comienza en el pabellón auditivo. En él se recogen las ondas a modo de embudo y se canalizan por un conducto hasta llegar al oído medio. En esta parte se encuentra el tímpano, que vibra y manda señales al oído interno. En esta última sección, las vibraciones se transforman en impulsos eléctricos que pasan al nervio auditivo. Cuando las señales llegan al cerebro, este las interpreta y las convierte en palabras, música, ruido…
El oído interno y el cerebro actúan como un modulador de sonidos. No es necesario que el pabellón auditivo sea especialmente grande o esté en cierta dirección para gestionar el ruido que llega desde el exterior.
La importancia de cuidar el oído
En vista de lo expuesto hasta ahora, se puede afirmar que la forma de las orejas influye sutilmente en la percepción de los sonidos, pero no es un factor determinante en la audición. Siempre que no se trate de una malformación severa, como puede ser la separación excesiva o la ausencia total o parcial de pabellón auditivo, las diferencias auditivas serán imperceptibles.
Tener uno o dos milímetros más de oreja no es tan importante como que el canal auditivo esté libre, el oído medio funcione adecuadamente y los nervios del oído interno transmitan las señales. Por eso es tan importante mantener una buena higiene, cuidarse de los sonidos estridentes y acudir a un otorrinolaringólogo de confianza al menor síntoma de pérdida de audición.
Por desgracia, muchas personas sufren problemas de audición por el deterioro de las células del oído interno. Entre estos están la aparición de tinnitus o la hipoacusia. Los avances recientes en la medicina auditiva permite que los pacientes mejoren su audición y puedan disfrutar de escuchar con claridad.
Uno de los tratamientos para la rehabilitación celular del oído interno es la . Esta terapia está mostrando resultados sorprendentes. Una gran parte de los pacientes mejora la calidad auditiva en casos de hipoacusia. Otros perciben una disminución considerable en los tinnitus o llegan a liberarse de ellos por completo. Pide cita con tu especialista del oído y redescubre el placer de escuchar.
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