limpiar los oídos

Cómo limpiar los oídos

El oído es un órgano muy complejo y delicado que está expuesto al «mundo exterior». El tímpano y el canal auditivo necesitan protección, una función de la que se encarga el cerumen. Este se produce de manera natural en el conducto auditivo, está formado por sebo, células de la piel y pelillos, y se encarga de impermeabilizar y captar el polvo, polen y otras partículas del aire que podrían causar daños. A medida que se acumula el cerumen se desplaza por el oído hasta alcanzar el orificio de la oreja, donde se desprende.

Sin embargo, en ocasiones el cerumen se acumula y no acaba de eliminarse, o se produce tanta cantidad que forma un tapón. El 50 % de los españoles ha tenido alguna vez tapones en los oídos, relacionados también con la pérdida de audición, dolor, zumbidos y ruidos. Además de dificultar la correcta audición, los tapones pueden producir enfermedades auditivas de manera directa o indirecta. Por eso, conviene saber cómo limpiar los oídos, una actividad que muchas veces no hacemos correctamente.

Cómo limpiar los oídos sin causar daños internos ni externos

Periodicidad

El lavado de los oídos no debe dejarse para cuando aparezca el problema. Debe hacerse como medida higiénica y de prevención para evitar la acumulación de cerumen. Por eso, conviene hacerlo periódicamente. Por ejemplo, una vez a la semana o cada diez días.

Aun así, cada vez que nos duchemos simplemente lavamos las orejas con agua y jabón, y las enjuagamos delicadamente para mantener una higiene diaria de nuestros oídos.

Mesura

Hay que recordar que el cerumen es necesario para la salud de nuestros oídos. En la limpieza, lo que pretendemos es eliminar excesos, acumulaciones y tapones, no rascar hasta la última partícula. Si necesitamos una limpieza más profunda o tenemos un verdadero problema de taponamiento, debemos ponernos en manos de profesionales.

Qué no se debe hacer para limpiarlos

La limpieza es necesaria, pero no puede hacerse de cualquier manera, ya que el oído es delicado y un tratamiento inadecuado puede tener consecuencias. Desde el simple empeoramiento del tapón, a infecciones y lesiones auditivas que pueden provocarnos una sordera. Por eso, es fundamental saber limpiar los oídos sin daños, tal y como hemos explicado. Además, ¿qué debemos evitar?

1.    No introducir objetos en el oído

Es muy importante aceptar que para limpiar los oídos no debemos introducir objetos con la intención de arrastrar o rascar el cerumen. Eso incluye a los bastoncillos de algodón. Aunque estos utensilios están presentes en todos los hogares, en realidad no deben utilizarse para limpiar los oídos.

El motivo es que, al meter bastoncillos, bolas de algodón o tela, pinzas, horquillas o cualquier otro objeto en el oído, lo que conseguimos es empujar hacia dentro la cera. Esto puede empeorar la situación del tapón, compactándolo y haciéndolo más grande y duro. Un mal movimiento con un objeto podría rascar o cortar la piel interna, e incluso podríamos llegar a clavar el bastoncillo contra el tímpano. Este órgano es de una delicadeza extrema y su perforación tiene consecuencias muy graves.

2.    No usar sustancias irritantes

El oído tiene un pH delicado. Debe protegerse de sustancias irritantes y de la humedad (el cerumen es impermeabilizante). Si queremos ablandar el cerumen endurecido, no debemos usar líquidos de composición irritante que puedan alterar el equilibrio de la piel y dañar el oído.

Dr. Martinez-Monche
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